sábado, 27 de febrero de 2010

García Márquez habla de periodismo




En la biografía de Gabriel García Márquez Una vida, de Gerald Martin (2009), el autor de Cien años de soledad se refiere a las tres preocupaciones más apremiantes del periodismo latinoamericano en su época de joven periodista:

“Había tres aéreas que precisaban atención primordial: la prioridad de las aptitudes y las vocaciones, la certidumbre de que la investigación no es una especialidad del oficio, sino que todo periodismo debe ser investigado por definición, y la conciencia de que la ética no es una condición ocasional sino que debe acompañar siempre al periodismo como zumbido al moscardón”.

tomado del bog de periodismo/abc

lunes, 22 de febrero de 2010

Photojournalism in the age of the Internet


from Mastering Multimedia by Colin Mulvany







Saludos jóvenes:
Tomé éste artículo en inglés del blog "mastering the Multimedia"porque me pareció interesante el tema de fotoperiodismo en la era del Internet. Espero que los disfruten y puedan realizar los comentarios pertinentes.

Prof. Waldo D. Sánchez



I’ve been working on a presentation I will give next month called “Photojournalism in the age of the Internet.” In the process, I’ve been thinking a lot about how much photojournalism has changed for newspaper photojournalists.

With the rise of the Internet, traditional photojournalists have been faced with a dilemma. Stay a purist to the craft by clinging to their still cameras or embrace the change by venturing out into the online world by adding video and audio to their storytelling toolboxes.

Back in 2006, I was invited to speak about newspaper multimedia at The Southern Short Course in News Photography conference. During some free time, I dropped in on a panel discussion about the future of photojournalism. The panel was made up of a stellar group of veteran, but mostly old-school photojournalists. The room was packed, so I stood in the side-shadows taking in the conversation.

An audience member asked whether video was something she needed to learn. After a pause, one panel member said, “I don’t know, why don’t you ask Colin? He’s standing over there.” All 200 heads turned and looked at me.

My answer made many people squirm in their seats. “Yes,” I said. “You need to learn video. You need to add audio to your pictures and yes you’ll need to embrace change.”

I felt a little uneasy as the questions kept coming at me and not the panel. I could sense that many people thought I was crazy. I started to see the panic in some people’s eyes. One woman volunteered that her editor at a small newspaper was requiring her on a single story to write it, take the photographs and produce a video. An uneasy murmur rose in the room. I could tell, my belief that video was important to the future of online journalism, was a tough sell in this room of die-hard photojournalists.

Flash-forward some four years. Whereas, in 2006 I was an anomaly, now most newspaper photojournalists produce some sort of multimedia, be it an audio slideshows or video. J-school programs have finally stopped wallowing in the past and are junking old curriculums for new ones that are multimedia focused.

Looking at the troubling position newspapers are in, one must wonder if all this talk of multimedia storytelling really matters. After all the rounds of layoffs, who has time to shoot video?

There are some days I wonder myself, but I quickly shake off the feeling. I have to remind myself that newspapers are awash in transition. As we near rock bottom, the economy is starting to show some life. I can only hope for some stability to return to the newspaper industry.

Today, if I faced a similar crowd like the one in 2006, I would say the same thing. Learn video storytelling, master audio gathering and editing. Embrace change. The future, I would tell them, is not in the printed-paper, but in the digital delivery that will eventually replace it.

Photojournalists are a curious lot. They are independent, visual thinkers. Most take photographs because they love to shoot and share their work. They know they’ll never get rich on this career choice, but instead find happiness in the people they meet and photograph along the way.

The disruption that online journalism has placed on the photojournalist, whose career choice was based solely on taking still photos for newspapers, has been gut wrenching. “That’s not what I signed up for,” is what I often see posted in forums dealing with the changes facing photojournalists today.

The technology being deployed is slowly changing the definition of what photojournalism is. Newspaper photojournalists are becoming multifaceted visual journalists who can now use a variety of formats to tell a story.

As lean as newspapers are running these days, I think we’re about to get a dose of “oh shit” real soon. Circulation is not coming back. Just look at the downward trend of the last forty years as proof of that. Our readership is dying off and screenagers are just not interested in buying the dead trees we’re selling. I think the last transition will be the messiest. More talented journalists will leave the profession. More photojournalists will become freelance wedding photographers.

What awaits those few who make it across the proverbial burning bridge is anyone’s guess. If I could flash forward four years, I can visualize in my crystal ball a world where newspapers have transitioned most of their subscriber base to the touch screen tablet platform that has suddenly gone white-hot with advertisers. I predict these multimedia centric devices will need a steady stream of visual content. And guess what? Visual journalists, who honed their multimedia skills during newspapers darkest hours, will be there to gladly step up and help feed the daily digital beast.

martes, 16 de febrero de 2010

Comunicaciones con medias verdades



Los medios presentan al público una noticia con medias verdades como innovadora y exhaustiva.
Foto: http://www.ophcommunity.oph.gov.au/login.aspx


February 16, 2010
Por: Dalila Rodríguez Saavedra
De: Diálogo

Lo hago más de las veces que quisiera. Con poco o nada de resentimiento. Puede parecer impensable que la relación entre un informador y la información esté basada, a priori, en indiferencia, o en el mejor de los casos en escepticismo. Porque ¿cómo es posible que a una periodista le cueste creer lo que lee en (casi todos) los medios? ¿Cómo es posible que la información presentada, lo que escucha en radio o lo poco que mira en la televisión le parezca una farsa astronómica y que la llamen noticias?

Puede parecer lamentable que opte por desdeñar los hallazgos de mis colegas (los conocidos y los que desconozco, pero que ocasionalmente leo) frente a las teorías mediáticas que conozco y no olvido, a la suma de experiencias laborales, que tampoco olvido; a la compraventa de (des)información que ocurre cotidianamente en los aquelarres o juntes de jefes de secciones y editores de los medios del País. Al sinfín de razones trazadas por quienes piensan que “what is good, is enough” funciona para encender a diario la prensa y hacer una tirada de 50 mil copias. Que horas más tarde será consumida por muchos.

Comunicaciones con medias verdades. Breves bites de sonidos puestos en arbitrario contexto para conformar (al lector con) una supuesta pieza noticiosa. El resultado es información predigerida de acuerdo con la agenda del conglomerado noticioso. Presentada al ojo público como innovadora y exhaustiva. Un cable repleto de datos y cifras que no requieren de análisis, entre las razones predilectas, porque no hay tiempo. Un torrente de comunicados que no son corroborados y se convierten en un hit inmediato de la prensa online.

Quien quiera un ejemplo reciente sólo tiene que buscar uno de los periódicos más consumidos del País; abrirlo; saltarse las numerosas promociones y ofertas en búsqueda de algún estudio de cualquier prestigiosa universidad que revelará dispar(ate)idad sobre sus procedimientos y conclusiones. Como cuando se publicó en el rotativo más importante de Puerto Rico que mirar los senos de las mujeres potenciaba la salud. Más allá de la joda aparente de la noticia, hay quienes toman en realidad lo que ven en tinta como fundamento y refuerzo “para estar en todas…” .

Quien desee señalar(me) que pese a la mediocridad y el pre-arreglo noticioso, hay que consumir ‘el medio’ para el propio beneficio, le diré que prefiero ser la filistea de los medios de información masiva. La que no los consume, ni se interesa por ellos. Después de todo, no pierdo mucho. ‘Eso no está bien’, oí a menudo de la boca de formadores de antaño. Hay que leer el periódico, hay que ver los telediarios, hay que estar informados. Desde adentro del Sistema se dinamita, decían los más punteros; los más fiscalizadores, aquellos cuya presencia esperanzadora durante los años formativos será por siempre agradecida.

Pero me consta que no es así. Sé que hay un problema y que tiene nombre. Infotainment Media, o prensa infoentretenida, si me permiten la traducción. Susan Jacoby, autora de 'The Age of American Unreason', sostiene en su libro que los americanos están acostumbrados a recibir información dosificada. En pequeñas dosis las relevantes y sobredosificadas las inocuas y más bien intrascendentes.

Hace un tiempo leí en una de las pocas revista mensuales cuya prensa y gestión estimo, a la articulista Sarah Nardi que discursaba un asunto similar. La comunicadora confesó sentir un conflicto ético porque en su programa de radio se veía las más de las veces repitiendo a papagayo posturas carentes de sustancia, que pertenecían a un ‘cuerpo político’ que aún le faltaba escudriñar. Creencias alienígenas que se adoptan porque el medio las engendra.

Lo insidioso del asunto es que la carrera, el Sistema y hasta la Academia, van formando a desinformadores para más tarde emplearlos. En el caso de los reporteros se les remunera por redactar notas (ahora por tomar fotos y videos también) y mientras menos capacidad de análisis y de arrojo ante un evento noticioso se tenga, casi mejor. A los conglomerados noticiosos no les merece confianza los periodistas sagaces. Esos pueden seguir investigando una historia y dar con el botón que les causaría pánico. Y ya sabemos el refrán que corresponde: "No se muerde la mano de quien da la comida. Tú a lo tuyo que no debes tocar el entramado mío".

Pero, ¿por qué regresamos noche tras noche a la mirada penetrante, a esa luz y movimiento de la caja tonta? Cómo es posible que perdamos horas viendo pietaje cargado de violencia sacrílega, bautizada como anti-terrorista y dizque necesaria para todos. Mensajes de Estados que están muy lejos de ser implementados en la realidad porque algún escollo surgirá de cualquier mayoría (la tirana mayoría) y lo único que se pretende a estas instancias es captar la audiencia.

Te queremos a ti, sentado en ese apestoso y caliente sofá. Alelada. Sin poder ni querer criticar lo que ves. Sin osarte a poner en duda que el $1.50 que gastas en periódicos o los kilovatios que consumes están hinchados de mentiras. De óbices sociales y económicas que jamás querrás enterarte. Sin embargo, escucharás desesperantes locuciones de funcionarios predecibles, voces oficialistas que torean a los reporteros y no satisfacen tus inquietudes. Si es que tienes.

La respuesta según Jacoby es que los ciudadanos americanos, esos que nos parecen tan laboriosos, cómodos y tan pánfilos hasta para imitar, están cada vez más divorciados del proceso de razonar. Traigo a Jacoby porque me parece que el análisis comparativo se extiende a esta Isla. Cada vez nuestra filosofía política se asemeja a la de ellos. Y coño, no tendría porqué ser así. Pero los patrones son los mismos: el aumento del fundamentalismo religioso, la renuncia de una educación superior estandarizada, el aumento en la dependencia tecnológica.

Jacoby concluye y califica a su nación como “tonta”. A mí no me gustaría llegar a tanto. Aquí radica otro de los tormentos confesos para este comentario. Nuestra capacidad colectiva de conocimiento es muy baja. Se nota en la poca civilidad, en la intolerancia y categorización de las vidas ajenas. En la sobrevalorada búsqueda de vivir en la abundancia, de artefactos y temores.

Me cuesta aprehender lo que leo, estimado lector. Dudo de cada oración a la que me enfrento. Paso de las ilustraciones adjetivadas y de los que se tragan el diccionario de sinónimos para confundir, de las transiciones informativas que poco aportan y lamento que no se le dé seguimiento a sucesos como el de Capeco, Cerro Maravilla y las anécdotas risibles de Héctor Martínez.

jueves, 11 de febrero de 2010

Tendencias mediáticas: una mirada al periodismo en la convergenciaTendencias mediáticas: una mirada al periodismo en la convergencia


El doctor Xosé López García analizó el desempeño de los periodistas en la convergencia mediática europea.
Foto: Víktor Rodríguez-Velázquez
February 11, 2010
Por: Víktor Rodríguez-Velázquez
De: Diálogo

“No tan sólo es cortar y pegar”, esta fue la aclaración del doctor en periodismo Xosé López García durante el diálogo que tuvo con estudiantes y profesores de la Escuela de Comunicación de la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras, acerca del desempeño de los periodistas al momento de trabajar con las nuevas tecnologías en la era de la convergencia mediática.

López García, quien también fue decano de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Santiago de Compostela en España, presentó su investigación Tendencias mediáticas. Este estudio trata sobre los cambios en producción de información en empresas de comunicación de 15 países de la Unión Europea, donde masivamente los ciudadanos tienen acceso a la red electrónica.

Entre los objetivos principales de dicha investigación, el profesor destacó la importancia de analizar los contenidos locales en comparación con los globales. Para explicar esta dicotomía entre lo local y lo global, López García aludió al término “glocal”. Este neologismo ha sido definido por el académico como la mezcla que se da entre los elementos locales (particulares), y los mundializados.

“Gracias al Internet se abren nuevos campos para lo mundial y lo global; esto ya que la proximidad en conjunto con lo lejano siempre ha estado entre los objetivos principales de los medios (de comunicación)”, subrayó el catedrático español. En otras palabras, los medios de comucación, en particular la Internet, han hecho posible que las distancias entre unos y otros contextos- locales e internacionales- se disminuyan. Propiciando vías de información compartidas para regiones y realidades distintas.

En segundo lugar, López García habló sobre los cambios que se han suscitado en la forma de producir información en nuevos escenarios electrónicos dentro de la actual sociedad del conocimiento.

“Internet da la oportunidad de cambiar los contenidos. Además, estas historias pueden elaborarse con mayor profundidad ya que el periodismo en la red se ha configurado como una modalidad profesional en general; aunque se hayan modificado las estrategias básicas de investigación, producción y difusión”, destacó.

En un aparte sobre las modificaciones que ha tenido el periodismo en línea, López García, señaló que “existe una confusión en torno a definir aspectos que vienen del periodismo tradicional”, ya que existen tipos de coberturas que no cualificarían como periodismo según los cánones establecidos en dicha profesión.

Sobre esta crítica a los nuevos medios digitales, el profesor dijo que “actualmente hay una ausencia del periodismo puro y duro. El trabajo ya no responde a las técnicas de ir, ver, contar e implicarse en las historias. La búsqueda de informar con inmediatez no permite contrastar la información. A lo que recalcó que "no tan sólo es cortar y pegar”.

De igual manera, López García expresó la importancia de un estudio sobre la participación de los ciudadanos en este tipo de interacción mediática.

“El periodismo actualmente es más participativo. Ahora los ciudadanos pueden dialogar con los 'ciberperiodistas' que son quienes dan la voz a los que antes no la tuvieron”, puntualizó el doctor en periodismo.

Al finalizar su exposición, se dio paso a una ronda de preguntas y respuestas donde los participantes pudieron aclarar y discutir dudas en torno al tema, además de contextualizar ciertos asuntos con la situación de la convergencia mediática en Puerto Rico.

jueves, 4 de febrero de 2010

De luto el periodismo Latinoamericano


Un icono del nuevo periodismo latinoamericano y escritor que conmovió a varias generaciones de comunicadores en América Latina. Influencio un gran número de periodistas en una época que como en tiempos en donde según sus palabras: “la imaginación estaba prohibida”.

February 1, 2010
Por: Christian Ibarra
De: Diálogo

Hace apenas un par de días murió el historiador estadounidense Howard Zinn, luego J.D. Salinger. Ahora Tomás Eloy Martínez, quien falleciera ayer en la Argentina a los 75 años de edad, a causa de un cáncer que acarreaba desde hace varios años.

Este tucumano fue escritor, guionista y periodista. El periodismo fue el oficio que lo consagró como uno de los principales pilares de las letras latinoamericanas. Era maestro de maestros. A través de su vida colaboró con los diarios más importantes del mundo, como The New York Times o El País. Contra todo pronóstico, Eloy Martínez trabajó con esmero por crear un periodismo de altura, humano, en tiempos en donde según sus palabras: “la imaginación estaba prohibida”.

En vida consiguió muchísimos reconocimientos a su labor escritural, pero el más importante, el que ningún premio logra abarcar es el cariño de sus lectores. La fruición con que generaciones enteras han acogido sus libros basta para que su obra perdure y venza el arrollador paso del tiempo.

La literatura de Eloy Martínez se distinguió por flanquear los espacios distintos y no distantes de la ficción y la realidad, la memoria histórica y el oficio del periodista. Dándole materialidad a eso que el guatemalteco Augusto Monterroso pregonaba y que colocaba al periodismo como: “el único género literario que ha inventado nuestra época”.

No en balde su libro Santa Evita es la novela argentina más traducida de todos los tiempos. Este texto constituye casi una biblia para aquel que quiera ahondar en las raíces, en la capacidad del periodismo y sus posibilidades cuando se utiliza de asidero la ficción mediante una cuidada narración. Su amigo y compañero de trabajo en la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano, Gabriel García Márquez, sintetizó Santa Evita de la siguiente manera: “Aquí está, por fin, la novela que siempre quise leer”.

Otros libros que marcaron su vasta obra fueron La novela de Perón, Las Memorias del General, El vuelo de la Reina (Premio Alfaguara 2002), La pasión según Trelew, este último fue prohibido durante la dictadura, por narrar la muerte de 16 extremistas a manos de los militares. Eloy Martínez no estuvo exento del exilio obligatorio en los tiempos del terror argentino. Vivió varios años en Venezuela y fungió como profesor en New Jersey.

La muerte de Eloy Martínez es una pérdida irreductible e irremediable. Su avanzada enfermedad le arrebató la vida a este argentino que supo hacer su trabajo sin renunciar nunca a su intachable ética, su entrega y su capacidad de preservar para las futuras generaciones la porción de tiempo que le tocó vivir.

miércoles, 3 de febrero de 2010

¿Quién dice que no hay conflictos con el Spanglish?


February 3, 2010
Por: Marlene Sierra Mendoza
De: Diálogo
Souveniles - Essenciales
Foto: ZONIAN

Al dialogar con ZONIAN, quien es fotógrafo aficionado, pude descubrir su interés por tomarle fotos a los letreros con palabras escritas de forma incorrecta. Los errores o mejor dicho HORRORES ortográficos han llamado su atención e indiscutiblemente capturarán la nuestra.

ZONIAN nació y se crió cerca del Canal de Panamá donde es evidente la mezcla entre los idiomas, español e inglés.

“Al ser educado entre ambos idiomas descubrí mi amor por la cultura; la hispana por parte de mi madre y la influencia americana. Mi madre mezclaba ambos idiomas, lo que me parecía gracioso y no en forma de burla, sino me gustaba cómo se escuchaba”, admitió ZONIAN.

Desde Panamá, ZONIAN veía palabras mal escritas y al llegar a Puerto Rico, el spanglish capturó aún más su atención. En la Isla comenzó a tomarle fotografías a todos los letreros que tenían algún error de ortografía, y se las enviaba a sus amigos para compartirla.

“Esto se convirtió en algo divertido para mí, y ahora cuando mis amigos ven alguna palabra mal escrita, le toman fotos y me la envían.”

ZONIAN expresó que “esto no ha sido para denigrar a las personas, sino para verle el lado jocoso del asunto. ¡La vida debe de ser divertida!”