jueves, 27 de mayo de 2010

Cuando los libros no son tuyos



May 27, 2010
Por: Juan Varela
De: Blog Periodistas 21

Mañana estará en España el iPad; y con su llegada se ha disparado el entusiasmo en muchos foros, incluso en los profesionales, sobre sus posibilidades para la lectura, tanto de libros como de diarios. Pero los libros y diarios son materiales completamente distintos. En los textos, cuidado, tu librería estará presa de una plataforma propietaria y los ebooks no te pertenecerán con libertad.

Por su parte, los periódicos no tienen este problema. Sus contenidos son caducos y perecederos. Pagas o consumes su publicidad para informarte en el momento oportuno y luego su utilidad queda reservada a los archivos. Ahora más fácilmente accesibles en internet.

Pero en los ebooks pierdes su propiedad y tu libertad queda atada al uso de la plataforma. Tanto los iBooks, como las plataformas y aplicaciones de Kindle (Amazon) o Barnes&Noble no permiten acceder a los textos electrónicos que no se han comercializado en la propia librería.

En el iPad sólo se pueden leer libros de la tienda iBookstore o en formato ePub sin DRM (digital rights management), como los de librerías digitales españolas como Leer-e o Leqtor. Ambas utilizan el DRM de Adobe Digital Editions.

La nueva plataforma de Planeta, Random House Mondadori y Santillana, Libranda, también utilizará el DRM de Adobe y sólo permitirá seis copias. No he conseguido confirmación de si hay planes para desarrollar aplicaciones para iPhone o iPad.

Google promete solucionar estos problemas permitiendo la lectura en cualquier dispositivo y en la web con el próximo lanzamiento de Google Editions.

Los lectores deben ser cautos. Las editoriales y los escritores llevan mucho tiempo preocupándose de sus derechos de propiedad intelectual y del reparto de los derechos de autor. Pero preocupa muy poco garantizar los derechos de los lectores.

Todas las plataformas de ebook limitan el uso de los libros y las copias que se pueden hacer en distintos equipos y el préstamo, tanto privado como en bibliotecas.

En España no ha sido posible por el momento un acuerdo sobre el estándar de los libros digitales y los derechos de los compradores. Actitud diferente a la de los libreros alemanes, que han instado a las editoriales a evitar el DRM para no perjudicar el mercado del libro y a sus clientes.

Si los editores mantienen el DRM y las limitaciones al uso de los ebooks, aumentarán la copia privada que tanto les obsesiona. Los usuarios no se fiarán de los libros en la nube (sin descarga) o controlados por cada plataforma de distribución y lectura. Como ocurre en la música, preferirán descargar los contenidos y copiarlos entre sus aparatos sin quedar atados al comercializador y su plataforma técnica.

La otra opción es reconocer que el ebook no pertenece a su comprador. Abandonar de una vez la obsesión de la propiedad de la copia, irrelevante en el escenario digital, y dejar de cobrar por la venta de cada libro (copia) para desarrollar un modelo de negocio de pago por lectura.

De esa forma, los lectores podrían elegir entre una copia de la obra, libre de restricciones de derechos de uso, o pagar por leer, con derecho a varias copias en función de los equipos y plataformas que se usen.

Lo más parecido al pago por visión con un modelo de vídeo bajo demanda: accesible cuando se quiere, sin la limitación temporal de la emisión.

Los libros como servicio y contenido, no como venta de una propiedad: la copia, sería la mejor solución para que editoriales y autores mantuvieran sus derechos sobre el comercio editorial sin menoscabo ni engaño para los lectores. De esta forma se podría elegir entre esos libros que quieres poseer para siempre y los que sólo estás interesado en leer.

Comercio justo; con derechos garantizados para editores, creadores y también para los clientes. Con condiciones transparentes y precio acorde al uso y formato de cada contenido.

Entretanto, cuidado con los ebooks. Quizá algún día cuando quieras releer alguna de tus obras favoritas puede haber desaparecido de tu ereader.

Para acceder al texto original puede visitar: http://periodistas21.blogspot.com/

lunes, 24 de mayo de 2010

De radios y otras ondas: nuevos movimientos sociales rescatan el pasado



May 20, 2010
Por: Aida M. Pagán Rivera
De: Universia Puerto Rico

Si miramos atrás, en muchos conflictos del siglo XX, el papel de la radio fue uno de primera mano; tanto el de las estaciones manejadas por el Estado, cómo el de las radios clandestinas. Seguir las transmisiones era hacerse parte de otro mundo. Significaba entretenimiento, costumbre, lucha, historia, compromiso y hasta clandestinaje.

Con el pasar de los años y la llegada de las nuevas tecnologías, la radio como multimedio ha quedado bajo el peso del tiempo y en especial las emisoras clandestinas raramente han sido documentadas.

En muchos países de Latinoamérica, la radiodifusión fue el medio por excelencia para un sinnúmero de luchas sociales y fue partícipe de la historia; sin dejar atrás que hoy día es una herramienta de cohesión en gobiernos como el norcoreano y boliviano. Para bien o para mal.

Pero tomando su papel histórico, podemos hablar de su función en varios conflictos. En la II Guerra Mundial, la radio jugó un papel vital y muchos pasaron incontables horas pegados al primitivo aparato, pendientes a los informes transmitidos, llenos de interferencias. Se escucharon por las ondas europeas (a través de la BBC "World Service", durante años sostén de las ideas democráticas) mensajes como el del ex presidente francés Charles de Gaulle y su Llamamiento del 18 de junio de 1940. Dicha transmisión, fue un llamado a la resistencia del pueblo francés, tras la derrota y la invasión de la Alemania Nazi, a pesar de haber tenido un escaso auditorio Esto fue un momento fundador y emblemático para el mandatario y desde Londres logró con cuarenta líneas prender la imaginación del futuro: los jóvenes, aquellos que se negaban a dejar de ser libres y querían ser escuchados.

Sin embargo, para los investigadores de los medios de comunicación, estamos frente a una radiodifusión que está dejando atrás este tipo de comunicados con la vieja radio. Tanto la prensa escrita, como la radio oficial y local, no se prestan para dar espacio a todo pensamiento, dejándonos el aprender y contrastar en las bandas radiales de onda corta, en las radios por internet y otros medios. La radio que románticamente recuerdan nuestros abuelos, para nosotros los jóvenes es desconocida. Pero al parecer, nuevos movimientos sociales y, paradójicamente, las nuevas tecnologías, la están sacando del baúl de los recuerdos. ¿AcasoRadio Huelga y Resistencia Colegial no son resultado de la falta de estos espacios de discusión? ¿Es desde la Universidad que podemos rescatar la radio puertorriqueña? Hablemos ya desde ejemplos concretos, desde nuestras aguas, desde los países vecinos.

En Latinoamérica, proyectos radiales sirven como forma de expresión y son fuente de creatividad actualmente. Aquí algunos casos:

* En el caso de México, estaciones como Ké Huelga Radio- con su lema La radio de todos, la hacemos entre todos- dan voz a quienes no la tienen, siendo un foro creciente de discusión sobre los movimientos estudiantiles y sociales de su país.

* También en el país azteca, cientos de radiodifusoras comunitarias indígenas, clasificadas como "clandestinas", exponen día a día las violaciones a sus derechos y llevan perennemente un proceso penal con el gobierno. Con nombres como Radio Jën Poj o "la energía del viento" (en náhuatl) evocan a su vez un pasado olvidado. Según la Revista Contralínea, muchas de estas radiodifusoras no comercializan su espacio, por lo que no se les puede considerar "piratas". Se trata simplemente de radios comunitarias que difunden la cultura de sus pueblos.

* En Argentina tenemos otros datos. Existen cerca de 6,000 radios de frecuencia modulada (FM) que operan sin licencia, y casi 5,000 son totalmente ilegales. Con licencia legal sólo operan cerca de 580, de las cuales sólo 240 emiten actualmente. Para muchas FM con permisos legales, las interferencias de las que no tienen sus papeles oficiales, son un dolor de cabeza. Muchas de estas estaciones radiales explotaron en suelo gaucho en tiempos donde caudillos políticos las veían como salvación y se mantienen con otros motivos sociales en pie.

* Por otra parte, en Bolivia, la Autoridad de Fiscalización y Control Social de Telecomunicaciones y Transporte (ATT) tiene en sus manos el proceso de inspección técnica de estas ondas, a fin de elevar informes para la suspensión de radios clandestinas. Pero aún nueve radios en Santa Cruz, llevan sus señales en voz de resistencia y son las más escuchadas, según sondeos oficiales.

Sin duda, podría mencionar una infinidad de casos. Situaciones en las que una idea comienza desde cero y rinde frutos. Momentos en que algo que parece divertido o necesario y se transforma en nuevos medios de difusión. Impulsos que pueden crear nuevos espacios para dar a conocer sentires. Lugares donde se abren puertas para la creatividad y nacen proyectos con futuro. Pero mi pregunta es: ¿Deben quedarse en las huelgas estas iniciativas?

Yo creo que no. Pienso que estamos frente a viejas-nuevas formas de hacer las cosas y manifestarse. Estamos en un momento en el cual los jóvenes no debemos sentarnos a que nos caigan las soluciones "del cielo", hay que ponernos creativos y visionarios.

¿Y qué piensas tú?

martes, 18 de mayo de 2010

Proponen construir redes sociales entre periodistas y el público



May 18, 2010
Por: Juan Varela
De: Blog Periodistas 21 Crecen las redacciones abiertas al público. El empleo de las redes sociales y el uso de las nuevas herramientas informativas se va asentando en algunos medios para mejorar la interacción y la comunicación entre medios, periodistas y público.

Es el momento de convertir las redacciones en redes sociales donde periodistas, fuentes, expertos, lectores habituales y público en general puedan relacionarse y aumentar el uso y comunicación sobre las noticias y la información.

La agenda del reportero tiene que estar también en la web porque cada periodista puede convertirse en una red social a través de la información y sus relaciones con fuentes y público.

Muchos periodistas ya lo han entendido y aprovechan como los mejores superusuarios herramientas como Twitter, Facebook, Linkedin y todo tipo de redes relacionadas con su trabajo.

La Nación acaba incorporar a las firmas de los reporteros su usuario de Twitter. Una buena forma de potenciar la participación distribuida en las redes y ayudar a los periodistas a establecer relaciones en una red especialmente atractiva para la información.

Hoy aquel guiño del Chicago Tribune de introducir los usuarios de Twitter de sus responsables en la mancheta del diario es una necesidad, no una prueba.

El desarrollo del periodista como red social y de los medios como nuevos espacios públicos es imprescindible cuando el periodismo puede entenderse como un proceso informativo en tiempo real y flujo social.

Pero no olvidemos que todavía hoy uno de los desafíos principales es conseguir que los periodistas dialoguen de verdad con el público. Sólo así es posible recuperar el viejo objetivo de convertir la información en una conversación y no volver a encerrarse en un monólogo.

No todas tus fuentes ni tus lectores están en las redes sociales. Y muchos de ellos no participan activamente ni tienen suficiente confianza en ellas para contar algunos detalles que puedan considerar sensibles.

Los medios deben evitar un desplazamiento de su público real a un usuario más interactivo pero que no es su audiencia objetiva real, aunque cada día crezca la convergencia entre usuarios de redes y público de información. Equivocarse de público puede ser un error de muchos medios y periodistas cuando se pasa más tiempo ante pantallas -ordenador, móvil, etc.- y disminuye la relación directa con las fuentes y el público. Además de la presencia en los lugares donde se produce la información.

Uno de los mandamientos que los reporteros y medios no deben olvidar es que el propósito principal del periodismo es contar lo que ocurre, no lo que algunos cuentan o creen que ocurre.

Para evitar ese desplazamiento de la audiencia y la información y caer en los peligros de la endogamia en la web 2.0 es conveniente abrir ventanas especialmente diseñadas para el público objetivo real de cada medio, además de usar con criterio las herramientas de la participación distribuida.

En un proyecto como La Voz del Interior, un diario local tradicional de Argentina, hemos intentado evitar esos problemas y aumentar la relación entre periodistas y público real a través del propio diario y su edición digital.
Cada periodista de La Voz tiene un perfil donde el público de lavoz.com.ar puede interactuar con la redacción y seguir la actividad informativa y de comunicación de cada persona de la redacción.

En La Voz del Interior se construye una red social centrada en la información y el ámbito local, donde cada usuario puede acceder y compartir la información entre público y redacción, pero además cuenta con herramientas como un muro público, mensajes a las comunidades informativas que periodistas y público comparten, o mensajes directos a cualquier miembro de la redacción para poder ampliar contenidos, relaciones o información.

Aumentar la participación distribuida es una meta, pero es todavía más importante conseguir mejorar y desarrollar la interactividad con el público objetivo real y los nuevos públicos con mayores posibilidades de fidelización.

Todavía no es fácil. A muchos periodistas les cuesta manejar este tipo de herramientas y practicar un periodismo más abierto y participativo.

Para muchos usuarios tampoco es sencillo y en muchos medios, sobre todo medios locales o generalistas, donde las nuevas herramientas se utilizan menos, es importante que el periodismo no contribuya a crear una nueva brecha digital entre los hiperconectados y el resto.

No dejar a los lectores detrás es un principio imprescindible para la supervivencia de un periodismo de contacto, cercano, abierto, incrustado en su sociedad. Es valioso recuperar los viejos valores del periodismo: informar, formar, ayudar a construir una ciudadanía democrática, para actualizarlos y reencarnarlos en la red ayudándose de las nuevas herramientas.

De lo contrario el periodismo perderá su misión y valor fundamental de servicio público.

Para acceder al texto original puede visitar: http://periodistas21.blogspot.com/