sábado, 10 de noviembre de 2012

Un periodismo en entredicho


Por: Wilda Rodríguez

Publicado: 20/10/2012 11:32 am
Quisiera hablar de periodismo literario. Comentaba el otro día con José Manuel Fajardo, el colega español que forma parte del comité organizador del Festival de la Palabra, que echaba de menos el tema del periodismo literario en ese evento. Me prometió que lo abordarían en el futuro. Guardo para entonces este viejo gusto por un tema supeditado en mi país a una triste realidad que opaca cualquier posibilidad de hablar de lo mejor de nuestro periodismo sin mover y hasta bajar la cabeza con pesadumbre. El nuestro es un periodismo en entredicho.
80 GRADOS
Me consuela un poco que José Manuel sufre la misma aflicción en España. Ambos sabemos que nuestro oficio está en entredicho a nivel mundial. Pero a mí me duele el mío.
Cuando se debate si una muñeca es periodista y cuando un diario nacional no disimula ni un chin chin para manipular el oficio, hablar de periodismo literario a lo Gabriel García Marquez, Mario Vargas Llosa, Mayra Montero, Mari Mari Narváez y Luis Rafael Sánchez, sin apechar los males del periodismo cotidiano, sería vivir en Lalalandia. Y a veces vivimos.
Optamos por ampararnos en la gesta de colegas que lo hacen bien para evitar señalar a los que lo hacen mal. Salimos corriendo todos los años a premiar a los mejorcitos y celebrar el oficio como si con eso tapásemos el cielo con la mano. Triste que hacer algo bien hecho es un evento para celebrar en vez de la norma.
Pero no. El grueso del periodismo que se hace en Puerto Rico en estos momentos es malo como paja. Aún siendo todo lo diverso y disparejo que es, el saldo es mediocre como mucho. Aún con sus bolsillos de profesionalismo consistente e inamovible, la mayoría de los periodistas son chapuceros, ignorantes e inmerecedores de la distinción de ser cronistas de su pueblo.
He sido activista del periodismo puertorriqueño por más de cuarenta años. Lo he defendido con uñas y dientes. He tratado de vivir a la altura de mis mejores maestros. He señalado nuestros desaciertos con discreción y mesura para no ofender a los que lo siguen haciendo bien a pesar de todo. Los que lo lamentamos entre nosotros y nos callamos ante los demás. ¿Y de qué nos ha servido? Cada día estamos peor. Pues entonces a decirlo, dale: estamos permitiendo un periodismo de mierda hecho por periodistas de mierda.
Para el resto de la columna, vea 80Grados.
*La autora es periodista y expresidenta de la Asociación de Periodistas de Puerto Rico.

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